Vårtegn

¡Pero, qué ilusión más grande ver el hestehov/leifivel (pie de caballo/tusilago) allí abajo entre los adoquines!

Esa flor amarilla de corta estatura, de aspecto vulgar y poco agraciada. Es como desproporcionada; tiene el tallo demasiado gordo y con escamas, aunque no pinchan.

Hestehov/leirfivel capturado hace unos años
en las calles de Trondheim, principios de abril.

Pero, cierto es, que por ser la primera, es la más hermosa entre las flores.

De pequeña las recogía, tan feliz y contenta, porque sabía que ya pronto se acababa llevar los dichosos ullsokker (calcetines de lana de verdad), y me iba corriendo a casa y se las regalaba a mi mamma, que las ponía en un jarrón en la mesa del la cocina - på kjøkkenbordet.

Aquí, veraneando en Nordland y
recogiendo prestekrager (margaritas) para la abuela.

Ya poco a poco se van derritiendo las nieves, la tierra huele mal, como a podrido. Pero no importa, por fin termina el invierno y llega la primavera - våren.

La definición de invierno, no está muy clara en este país. Según los meteorólogos, fieles a su eterno optimismo y positividad, afirman que la parte costera de Noruega vive inmersa en una perpetua primavera, ya que las temperaturas medias rondan los 0° gracias al mar. Para ellos, el invierno sólo se da en Hardangervidda, Finnmarksvidda og på Røros. 

La primavera es como en todos lados, muy engañosa. Todavía puede caer alguna nevada, por floja que sea. Y si se forma un cuello blanco alrededor del tusilago, nevará fijo. Ya lo dice el dicho: Frys det krage om hestehoven, blir det snø.

Ternura total.
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Más o menos por las mismas fechas brota el sauce – selje. Y es entonces cuando se ve el árbol lleno de tiernos gåsunger/kattelabber (pollitos de ganso/patitas de gato) y la gente se vuelve kreativ med kvist (creativo con ramitas), para hacer sus decoraciones semanasanteras.

Gåsunger de verdad. Igual de tiernos.
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Pronto vemos el sotobosque todo blanco y ya no hacemos caso al hestehoven, porque ha llegado la segunda flor del año. Es el turno del hvitveis (Anemone nemorosa/Amapola silvestre). Una flor hermosa y con mucho más estilo y elegancia que la anterior. Por cierto, lucía mucho mejor en la mesa de la cocina.

Hvitveis/Amapola silvestre en el sotobosque.
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Ya es raro que caigan nevadas y van saliendo a cada vez más flores. Después del hvitveis, aparece el blåveis (Anemone hepática), que, como dice su nombre, es azul y muy buena para el hígado. Luego el pensamiento/viola/violeta que en Noruega popularmente se llama stemor, que es una madrastra en realidad.

Blåveis y hvitveis juntos.
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Stemor.
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El bjørk (abedul) llena tímidamente sus ramas de verdor y empiezan a florecer los frutales de Hardanger y ya todo es un festival de aromas florales, aves migratorias que por fin retornan, polen por doquier y todo un suplicio para los alérgicos.

Espectacular, el brote primaveral en Hardanger.
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Por fin vuelven.
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